Poca gente lo conoce, pero este pescado típicamente gallego es una alternativa más asequible que el rodaballo

Aunque guarden cierta semejanza, no son lo mismo

Pescado Gallego Remol
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Cada vez es menos la cantidad de pescado que se consume en los hogares españoles –un 30 % menos que hace una década, según datos del Ministerio del ramo– y mucho menor su diversidad. Tanto, como para que algunas especies nos parezcan directamente otros pescados o, según donde vivamos, no los hayamos visto en la vida.

Algo que precisamente sucede en Galicia con el coruxo, un pescado muy similar en la forma al rodaballo, pero que en el resto de España no es tan conocido y que obedece a nombres como parracho o rémol aunque, decimos, no tiene la misma presencia gastronómica ni en las pescaderías que en Galicia.

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Sin embargo, eso no quiere decir que haya puertos o caladeros donde determinados animales sean más abundantes que en otros. Es precisamente lo que pasa con el ejemplar con el coruxo que hoy os traemos, un pescado de forma romboidal al que se le conoce como rémol y que científicamente obedece al nombre de Scophthalmus rhombus, con un enorme parecido en la forma con el rodaballo (Scophthalmus maximus), con el que se le confunden.

Este pescado, aunque se puede encontrar en todo el litoral español, es bastante más habitual en las costas gallegas, donde se le conoce como coruxo y donde ha tenido mucha fama gastronómica al ser un pescado, más asequible y accesible que su primo el rodaballo.  En otras zonas como Andalucía es habitual verlo bautizado como parracho. Además, la definición de rémol y sus variaciones locales en el litoral mediterráneo van desde remo a rèmol, como se le conoce en Cataluña.

En los últimos años, eso sí, se está revalorizando. Actualmente, el coruxo, que siempre es salvaje, ronda los 40 euros el kilo, frente a los 50 o 60 que suele costar el rodaballo. 

La diferencia fisonómica con el rodaballo es, principalmente, la forma. El rémol, xollo o coruxo sí es mucho más romboidal, mientras que el rodaballo, a pesar de lo que habitualmente creemos, es más redondo. También es más delgado que el rodaballo y la piel tiende a ser lisa, sin tubérculos cutáneos, pues las dos 'caras' del animal están recubiertas de escamas de pequeño tamaño. En un mismo sentido, es un pescado más largo que ancho –algo que no sucede con el rodaballo–.

Más allá de eso, tanto su sabor como su textura son similares, aunque en el caso del rémol o coruxo hablamos de un pescado algo más magro, no tan gelatinoso y, en cierto modo, menos sabroso que el rodaballo salvaje, pero es un pescado interesante gastronómicamente.

Como sucede con el rodaballo, el coruxo es un pescado que soporta bien los asados al horno y a la parrilla, si disponemos de ella, y que normalmente presenta un tamaño menor que el rodaballo, por lo que en casas pequeñas o para homenajes de poca gente es un muy buen pescado.

Por tanto, las clásicas preparaciones de rodaballo al horno o rodaballo asado se pueden imitar perfectamente con este pescado que, habitualmente, tiene un precio mejor que el rodaballo salvaje pero ligeramente superior que el rodaballo de acuicultura.

Imágenes | slowmotiongli en iStock

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