CASINOS
Hagan juego, internautas
Los casinos virtuales empiezan a hacer la competencia a
sus hermanos mayores
FELIPE CUNA
Especial para EL MUNDO
NUEVA YORK.- La Red se ha convertido en un inmenso casino
en el que 14,5 millones de jugadores apuestan su dinero al caballo
ganador, al quarterback más certero, al dado afortunado
y a la carta mágica.
El juego es una de las mayores apuestas de los usuarios de la
Web donde se pueden encontrar 700 casinos y apostadores de deportes
que operan en 47 naciones en las que el juego electrónico
está permitido. Australia, las Antillas y Estados Unidos
son Las Vegas de este negocio cibernético que representa
1.500 millones de dólares y que para el año 2005,
según algunas estimaciones, puede llegar a unos 10.000
millones. Todavía una cantidad pequeña si se compara
con los 53.400 millones de dólares (más de ocho
billones de pesetas) que mueven los casinos y las apuestas en
Estados Unidos.
Sin moverse de casa
Pero Internet comienza a robar clientes a los casinos tradicionales
de Atlantic City y de Las Vegas porque ofrece todo tipo de juegos
de naipes, ruleta y apuestas sin moverse de casa. Uno de los
atractivos que citan los jugadores de Las Vegas es el de llegar
a la ciudad y circular por The Stripe, esa calle de flamantes
casinos en forma de torre Eiffel o de pirámide egipcia
que saluda al jugador repleto de dinero.
Youbet.com , una de las
200 compañías que ofrecen sus servicios elecrónicos
a los jugadores, también tiene en su sitio web un paseo
por la famosa calle del juego e incluso un espectáculo
musical para que los jugadores que prefieran apostar en la Red
no tengan que salir de su despacho. Además, muchos casinos
cibernéticos (2) transmiten carreras de caballos en directo
desde cualquier punto del país y la mayoría ofrece,
a un clic de distancia, póker, bacarrá, dados,
blackjack, ruleta, tragaperras, carreras de caballos y las tradicionales
apuestas de los domingos a los resultados de la Liga de fútbol
americano. Muchos jugadores señalan que se sienten más
protegidos operando en la Red con su tarjeta de crédito
y desde su casa o su oficina que tratando con un corredor de
apuestas, un personaje que suele esconder muchas cartas en la
manga. «Si tengo que apostar 1000 dólares por una
mano de cartas, mi corazón va a palpitar lo mismo que
si estuviera en un casino», declaraba recientemente un
jugador de un casino online a la cadena de televisión
NBC.
Sin embargo, la Agrupación de Jugadores Anónimos
se queja de que el jugador de la Red no tiene que vestirse, salir
a coger el coche o el autobús y viajar al casino. Ni tampoco
tiene que llamar a un apostador que puede estar prevenido de
su afición al juego y negarse a recibir la apuesta. Sólo
con saltar de la cama en calzoncillos y con zapatillas de casa
se conecta a la Red y empieza a apostar. Además, algunos
expertos señalan que estos casinos se convertirán
en las direcciones favoritas de los niños, que con la
tarjeta de sus padres, harán estragos a las finanzas familiares.

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